VISITA A LA CENTRAL DE GAMES WORKSHOP

Enlazando con el anterior post de mi compañero Igcaspe, los que nos quedamos más días después del Salute hicimos una escapada a la central de la empresa que me vio nacer como jugador de miniaturas. Es innegable que Games Workshop no ha estado en sus mejores años, pero aparte de creer que lo está enmendando no podía dejar pasar esta oportunidad. Para los impacientes diré que la visita resultó increíble, pero me gustaría matizar un par de cosas.

La central está en Nottingham a escasas dos horas en tren de Londres. Nada más acercarte a la sede, ves que el paradigma ha cambiado, ya no te recibe uno de los orgullosos hijos de Guilliman, sino un guerrero sagrado de Sigmar y tampoco podrás ver el Aquila imperial, ha dejado paso a Ghal Maraz sin duda preludio de que algo ha cambiado (si es para mejor o peor lo dejo a discreción del lector). No obstante, al rodear el edificio podemos encontrar tanto el Aquila como la estatua del marine.

La parte visitable está bien diferenciada: tienes la tienda, Forgeworld separado de ésta, el museo, la sala de juegos y la taberna Bugman. Pasaré a hacer un pequeño comentario de cada una. La tienda, quitando los objetos exclusivos que se podían conseguir allí, no destacaba en nada, pues como era predecible vendía los productos que todos conocemos. Lo mismo se puede decir para Forge. Como nota curiosa, pude ver todas las referencias de la nueva facción enana para Age of Sigmar expuesta, incluidas las referencias que no estaban a la venta. Y he de decir que el barco grande es demasiado chulo para resistirse.

La taberna de Bugman me encantó, está muy bien ambientada y con bastantes detalles. Aquí os dejo unas imágenes de ejemplo.

La sala de juego estaba ocupada en su totalidad, creo que había algún tipo de torneo. Pude darme una vuelta entre las mesas y prácticamente todas estaban a reventar de escenografía bastante bien acabada. Sin embargo, me he guardado lo mejor para el final: el museo.

Tras unas pocas (muy pocas en mi opinión) vitrinas donde se relata la historia de la empresa, se abre la exposición con una sala dedicada a la nueva franquicia Age of Sigmar. Podría describiros con detalle cada vitrina, pero me quedaría corto. Los dioramas son impresionantes, podrías quedarte todo el tiempo que quisieras viéndolos de la cantidad de detalles que tenían. Tras esta entrada triunfal, el paseo continuaba con cuatro salas más todas ellas dedicadas a Warhammer 40.000. Todos los dioramas eran una oda al universo creado por ellos, tenían un mimo puesto que te hacía embobarte con cada vitrina. En especial la escena de batalla que ha de verse desde un piso superior.

Y es que me gustaría destacar que todo está hecho para qué vivas “la experiencia Workshop”, intentaré explicarme. Sus mundos tienen una entidad propia, un muy marcado carisma que lo hace reconocible nada más verlo (¿Cuántas veces has pensado que esa nueva miniatura tiene ese rollo warhammer?) y todo está enfocado a que te sientas parte de esa comunidad, a que te identifiques con lo que allí ves. Sirva de ejemplo que la misma entrada al museo era una reproducción de un pase imperial que, tras sellarlo, te advertían que si encontrabas un comisario dentro más vale que lo tuvieras a mano. Tonterías, pero que sientan muy bien.

Se trataba de más que una exposición, estaban contándote que tú eres parte de ese mundo, esas figuras expuestas son como las que tu juegas, esas historias que te cuentan los dioramas son las que tu recreas, en definitiva ese mundo forma parte de ti tanto como él no puede existir sin tu participación en el hobby. Podríamos resumir que esa experiencia te arropará tanto como tú la dejes entrar. Por mi parte, no dudé en zambullirme hasta lo más hondo.

Heralds of Ruin

Buenas

Hoy os traigo un reportaje de batalla de HoR, el cual ya hemos probado en dos ocasiones, ambas jugando Marines del Caos (slaanesh) contra Ángeles Oscuros, al mando estos últimos de Martineando.

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Lo cierto es que siendo fans absolutos del universo de Games Workshop, algo cansados del sistema de sexta-séptima y su escalada exponencial de poder en los códex, la salida de kill team nos ilusionó bastante, aunque el reglamento original nos dejó bastante fríos.

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Así llegamos a Heralds of Ruin, un proyecto de un grupo de jugadores desde su propio blog, que lleva bastante tiempo en movimiento, y que con sus modificaciones (sencillas y a mi gusto geniales) y su propio sistema de puntos, nos hizo quemar de nuevo la calculadora.

Así, nos encontramos las dos listas:

Marines Espaciales del Caos (En negrita = marca) Ángeles Oscuros
Shadamehr, paladín en moto: Espada Cthonian, Aura de Slaanesh Campeón de compañía: Espada de Caliban
Elegido: Pistola de plasma 2 Veterano: Arma de energía
Elegido: Bolter pesado Veterano: Rifle de plasma
Engendro Marine táctico: Rifle de plasma
2 Marine 4 Marine táctico
5 Cultistas 1 explorador: Franco y capa
1 Moto: Rifle de fusión  

doomsdaySabiendo las listas, jugamos el escenario número 2: Dispositivo del apocalipsis, ganando yo la iniciativa y colocando primero uno de los objetivos, que fuimos repartiendo por el mapa un poco al tuntún, aunque Martineando los puso más adelantados que yo, alrededor del templo central. Tenéis una foto arriba de la mesa, pero siendo una mesa de infinity, tiene un punto elevado central rodeado de una serie de elementos grandes, con alturas de unas 2 pulgadas (que aquí implican trepar) y un pequeño río que no tengo muy claro qué aporta a nivel de juego, aunque estéticamente quede cojonudo.

 

Tras colocar los objetivos y desplegar, Martineando consiguió sacar un 6, robándome la iniciativa y comenzando el asedio rápido hacia mis tropas. Consiguió tomar 3 botines, no saliendo el 6 en ninguno de ellos y pronunciando “ahora irás tú, y el primero que pilles 6 y tenemos botín

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Y como si en su vida pasada hubiese sido bruja (nuestra teoría es que sí), eso fue lo que saqué. A partir de ese momento, pelota sobre el objetivo con los 5 cultistas mientras él intenta avanzar con todo su flanco izquierdo hacia el templo central, con fatídico resultado al despeñarse uno de sus veteranos. Mientras tanto, los ángeles oscuros toman coberturas para exponerse al próximo turno y asaltar (si pueden).

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Desde mi flanco, las cosas se veían mejor. Teniendo el botín en sus manos (de hecho, al tener únicamente tropas a 3 pulgadas, tiré y gané la partida con un 5+), Shadamehr se dispone a vengarse de su enemigo, para lo cual ordena al motero que descargue el fusión sobre él, con erótico resultado, si te va el rollo de slaanesh, claro.

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Habiendo acabado con tan jugoso enemigo, cargo con el engendro contra el veterano con rifle de plasma, que en fuego rápido calza a mi engendro dos heridas y en combate consigue rematarlo, acabando muy abruptamente con su carrera como vedette.

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Sin embargo, de poco valdrá ya que en el siguiente turno Shadamehr, el motero y un palmero con bolter acabarán con el resto de marines que poblaban esa zona.

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Para terminar la fiesta, y mientras Martineando va acercando sus marines a duras penas (estuvieron dos turnos fallando los chequeos de iniciativa necesarios para trepar el monumento central) mi elegido con plasma abrió fuego contra el último veterano ángel oscuro, mientras que los 3 supervivientes de la anterior pelea acabaron con 2 tácticos que quedaban en ese flanco, dando por acabada la partida.

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Conclusiones y opinión

En esta partida hemos recordado bastantes cosas del 40k, aunque seguimos sin usar las granadas y hasta el momento, no nos hemos metido con casi ninguna regla opcional (por ejemplo, la de los daños estilo mordheim) que probablemente vayamos incluyendo en futuras ocasiones. Como toma de contacto ambas partidas han estado muy bien, encontrándonos con un reglamento muy sencillo, rápido (la partida corta duró menos de 15 minutos, y alargándola ¡no llegamos a los 45!) y sobretodo económico… más o menos, ya que tanto Martineando como yo ya hemos empezado a coleccionar nuevas fuerzas para Heralds of Ruin.

Espero que os haya gustado, y nos vemos en futuros AAR (a ser posible, sin dejar tan abandonado el blog)